Por: Glenn Anchundia en colaboración con Marlon Anchundia
Según
1. Disminución de la atención.
2. Impulsividad.
3. Hiperactividad.
En realidad, es mucho más que un trastorno. Es un síndrome de
dimensiones enormes, que alcanza una gran cantidad de facetas y se debería
denominar “Síndrome de Déficit de Atención e Hiperactividad (SDAHA) con mucha
más propiedad que TDAH.
• Inatento
• Hiperactivo-impulsivo
• Inatento e hiperactivo-impulsivo combinado
Síntomas
La hiperactividad es el segundo componente del TDAH y suele
manifestarse mediante un movimiento excesivo; un movimiento continuo, cuando
resulta inapropiado hacerlo; inquietud; nerviosismo e incapacidad para estar
sentado sin levantarse; “estar en marcha” continuamente, como si se tuviera un
motor interno; y hablar en exceso. Los problemas de los niños con TDAH incluyen
tanto un exceso de actividad, como una actividad inoportuna, en función de su
edad y circunstancias. También se dice que son revoltosos, que no paran de dar
golpes con los dedos, de moverse en sus asientos o de molestar a sus compañeros
de clase.
Los niños hiperactivos parecen tener problemas para regular sus
acciones según los deseos de otras personas o las demandas del contexto.
DIAGNÓSTICO
Según
Tratamiento
Para
- Una información adecuada a los padres de lo que es este síndrome, intentando tranquilizar, relajar y motivar al entorno de los pacientes para facilitar el sacarlos adelante.
- Hacer llegar a los padres y a los profesores el conocimiento de que ni los unos ni los otros son culpables de nada. El problema está en el niño, que lleva el cuadro en su constitución y que tampoco es culpable de su cuadro.
- Que este síndrome persiste siempre, pero que ello no es óbice para que la inmensa mayoría de los sujetos que lo presentan sean personas normales.
- Que las mejores medicinas para ellos son la paciencia, la comprensión, la ayuda y la firmeza de criterio, pero sin renunciar al chantaje (ellos lo hacen por sistema y no queda más remedio que responderles con la misma moneda).
- No mostrar debilidad con ellos nunca (admiran y obedecen al fuerte), pero sin utilizar la fuerza física, excepto si hay que defenderse.
- Intentar motivarlos para realizar actividades físicas preferible deportes de equipo y contacto con otros niños.
- Medicarlos con fármacos que puedan ayudarles a estar más tranquilos, más clarividentes y menos obsesivos. En la actualidad los productos farmacológicos están muy estandarizados y, aunque muchos de ellos resultan excesivamente costosos, el hecho de que entren en la protección de la Seguridad Social, los hace más asequibles.
- Qué no debe desdeñarse cualquier apoyo de tipo psicológico – muchas veces más necesario para las madres que para los propios pacientes – ya que, aunque no tan efectivo como los fármacos específicos, también ayuda en algunos casos.
- La ayuda con clases de apoyo en las materias en que fallan estos niños, especialmente en las de tipo razonado (Matemáticas, Lengua, etc.) cuando ya no pueden memorizarlas y tampoco comprenderlas (a partir de 5º-6º de Primaria).
Bibliografía
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por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Protocolos Diagnósticos
Terapeúticos de la AEP: Neurología Pediatrica(20), pp.140-150.
Portela, A., Carbonell,
M., Hechavarría, M., & Jacas, C. (2016). Trastorno por déficit de
atención e hiperactividad: algunas consideraciones sobre su etiopatogenia y
tratamiento. MEDISAN, Vol.20(4), pp.553-563.
Vélez, C., &
Vidarte, C. (2012). Trastorno por déficit de atención e hiperactividad
(TDAH), una problematica a abordar en la política pública de primera infancia
en Colombia. Rev.Salud pública, Vol.14(2), pp.113-128.
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